sábado, 20 de septiembre de 2008

LA VIRGEN DE CHOTA

La Virgen de Chota
Tres arrieros regresaban de la costa y en el camino encontraron tres Vírgenes. Levantaron a la más bonita, que era la que menos pesaba, y enrumbaron a su estancia de Tuctuhuari. Cerca del cerro de Clarinorco escucharon un coro de ángeles con trompetas y clarinetes que primero les asustó, pero después entendieron que era por la Virgen que llevaban.

Llegando a Tuctuhuari se reunió la gente y se pusieron a celebrar. La querían como fundadora y patrona del pueblo. Cuando la pusieron en un lugar que ellos habían escogido, la Virgen se desapareció, nadie sabe cómo la encontraron sobre una enorme piedra en medio de la laguna de Acunta. La gente logró sacarla pensando “Quien la llevaría”, pero de Tuctuhuari volvió a desaparecerse regresándose a la laguna. Por eso la gente empezó a construir casas en la Meseta de Acunta.

Pero los mismos habitantes tenían un dios que se llamaba Chot, al que rendían culto. Y en honor a él le pusieron ese nombre a su pueblo nuevo.

De ahí el nombre cambió a Chota porque los españoles no podían pronunciar esta palabra. Desde entonces le llamaron a la Santa “Virgen de Chota”.


Tiempos después llegaron los chilenos destruyendo todo. Le pidieron al pueblo un fuerte cupo que éste se negó a pagar. Además los chotanos envenenaron el agua del río matando varios caballos del enemigo. Los chilenos reaccionaron furiosos y comenzaron a incendiar el pueblo.


Algunos devotos sacaron a la Patrona de la iglesia y la escondieron en una casa. Después ya no se tuvo noticias de ella, hasta muchos años más tarde que llegaron los padres Agustinos y se pusieron a buscar. Por fin, un 5 de agosto, encontraron la Virgen dentro de una pared muy gruesa y ya no tenía las joyas que los devotos le habían regalado.

El pueblo se alegró mucho y en procesión llevaron a la Virgen al altar mayor del templo donde hasta ahora se conserva.

Recogido por Inés Yauri Idrogo, de Chota.

FUENTE: Biblioteca Campesina. “Dios Cajacho”.Tradición Oral Cajamarquina.Cernida1. Edic. Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. 2007.pp. 20-21

LA VIRGEN DE LA ASUNCION Y LOS CHILENOS

La Virgen de la Asunción y los chilenos

En ese tiempo de la guerra, un grupo de chilenos, todos a caballo, pasaron por San Juan. Allí hicieron sus fechorías y después se dispusieron a ir al distrito de asunción. A poca distancia alcanzaron a una señora bien humilde, pero muy bella, que se iba montada en un burrito. Le preguntaron a qué distancia y por dónde se iba a asunción. La señora les dijo que ella se iba para allá porque ella vivía allí, y les ofreció llevarlos al pueblo.
Los chilenos empezaron a seguirla, porque la señora les llevaba como una cuadra de ventaja, aunque iba en burrito. Cuando ya bajaban el río, los chilenos quisieron sorprender a la señora en ese lugar silencioso, y entonces echaron carrera para alcanzarla, pero ya la vieron que estaba al otro lado, subiendo la cuesta. Con toda la cólera más corrieron, pero ya no pudieron alcanzarla.
Cuando llegaron a la fila del Ogorís, divisaron al pueblo en pleno baile, porque justo se celebraba la fiesta de su Patrona, en el mes de agosto. Por la quebrada de Angalle se dieron cuenta que la señora con el burrito se desapareció.
Llegaron los chilenos y se fueron a una casa a pedir comida y trago. Un niño les alcanzó un poto de guarapo y los chilenos se entusiasmaron con la novedad del licor. Después empezaron a recorrer las calles del pueblo causando mucho miedo. Al llegar al templo se metieron con todo y caballos para saquearlo. Allí, en el altar mayor, estaba la Virgen vestida de fiesta, con todas sus joyas. Como que corrieron los chilenos para despojarla de todo y cuando llegaron cerca, asì de pronto se pusieron de rodillas: habían reconocido que la Virgen era la misma señora que les había guiado.
Arrepentidos salieron, con mucho miedo, a contar lo que les había sucedido.
Cuentan que ese mismo día salieron del pueblo. Días después llegó la noticia que todos esos habían muerto en los encuentros del norte.

Contado por Gloria Saldaña Q. de Cajamarca.

FUENTE:
Biblioteca Campesina. “Dios Cajacho”.Tradición Oral Cajamarquina.Cernida1. Edic. Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. 2007.pp.31-32

lunes, 15 de septiembre de 2008

EL JURAMENTO DE LOS TRES COLEGIALES

CAJAMARCA Y SAN RAMON EN LA GUERRA DEL '79
EL JURAMENTO DE LOS TRES COLEGIALES
Autor: Julio Sarmiento Gutierrez.



Mientras el pueblo respondía al llamado de Iglesias y se alistaba en los escuadrones, columnas y batallones, en el Colegio “San Ramón”, sucedían hechos dignos de rememorarse. Los jóvenes alumnos conscientes que se vivía un momento difícil y aciago, que el problema personal de la guerra, de acuerdo con los valores que habían asimilado de las enseñanzas de sus maestros, era sobrevivirla o hacer significativa la muerte en ella. Optaron por ésta.

En la mañana del 8 de julio de 1882, circuló dentro del alumnado una proclama manuscrita de autor ignorado. El Dr. Horacio H. Urteaga describe patéticamente este hecho: Un sobreviviente de estos jóvenes sanramoninos, que se inmolaron en San Pablo, “nos ha contado muchas veces este episodio conmovedor y mezclando su relato con lágrimas ha dicho:

“Cuando salimos de clase, Pita subió sobre el muro de la pila del primer claustro y sin temor al Rector, que se paseaba cerca, nos leyó la proclama, ¡Oh qué hermosa y valiente era, nadie sabe quien la escribió pero era un llamamiento: ¡Alumnos de San Ramon la Patria está invadida, la planta chilena ha hollado el suelo de Cajamarca; nuestra bandera necesita defensores, corramos a la guerra!... a defender la tumba de nuestros padres, la santidad de nuestros hogares, la honra de nuestra patria…!

Es comprensible el efecto que produjo, dentro de la muchachada sanramonina, la lectura de esta proclama. El Rector de ese entonces, Dr. Pedro A. Labarthe, creyó conveniente la suspensión de las clases, ya que el entusiasmo era desbordante. Al toque de campanas los alumnos salieron precipitadamente decididos a alistarse en las columnas y escuadrones que se formaban. En un ángulo del primer claustro se habían quedado tres jóvenes, amigos inseparables. La siguiente escena la narra el Dr. Urteaga:

“Con resolución y valor todo se puede, dijo Pita; lo que es por mi parte yo me voy a la guerra; ojala no lo sepa mi madre hasta después que haya partido el ejercito. Por qué impedirle al que quiere ir a la guerra! Quién dice que los muchachos no pueden matar chilenos. Yo por mi parte estoy resuelto! Me voy a la guerra! Y juro defender mi Patria hasta morir por ella!”

¡Juramos! Dijeron Quiroz y Villanueva. Y lo cumplieron en las pampas del Cardón.

Don Francisco Gálvez, portero del Plantel en ese momento entonces, vio salir a tres jóvenes. Eran los TRES DEL JURAMENTO:

Gregorio Pita
Jose Manuel Quiroz
Enrique Villanueva.

El primero contaba con 20 años de edad, el segundo con 15, el tercero con 19 y cursante del 4to. año de secundaria. Fueron aceptados en la “Columna de Honor”, cuyo primer Jefe el Coronel Eudocio Ravines, era un militar muy estimado por la juventud, por su valor y patriotismo. Él y su hermano Belisario habían equipado con su propia hacienda a los soldados a su mando. Junto con los tres colegiales del juramento se enrolaron en los escuadrones, columna y batallones los siguientes profesores, alumnos y ex alumnos del Colegio “San Ramón” y que pelearon en “San Pablo”:

Ernesto Souza Matute: Profesor. Columna “Vengadores de Cajamarca”
Agustín Pérez García: Profesor. Columna “Vengadores de Cajamarca”
Manuel Villavicencio: Profesor. “Columna de Honor”
José Zambrano: Profesor. Batallón “Trujillo Nº 1”
Manuel Jesús Velezmoro: Inspector del Colegio. “Columna Naval”
Romualdo Silva: Ex alumno. “Columna de Honor”
Julian Maradiegue: Ex alumno. Columna “Vengadores de Cajamarca”
Manuel Palacios: Ex alumno. Columna “Libres de Trujillo”
Adolfo Horna: Ex alumno
Vicente Pita Barrantes: Ex alumno. Columna “Vengadores de Cajamarca”
Sergio Castaños: Alumno
Fueron muchos los alumnos y ex alumnos del Colegio “San Ramón” que participaron en San Pablo, pero fatalmente los documentos oficiales, en lo que se refiere a la razón de alumnos y docentes, son escasos en este lapso. Como referimos más adelante, parte del Archivo del Colegio fue quemado en la invasión chilena a nuestra ciudad, en agosto del 82.

Otros sanramoninos, aparte de los mencionados anteriormente fueron:

Manuel Mori,
Mariano castro,
Juan de la Cruz Bartra,
Germán Villanueva,
Genaro Castro,
Gonzalo Mejía,
José Angeles Rodríguez,
Felipe Matute y otros.

A todos ellos, las generaciones presente reiteran su admiración y gratitud. Simbolizan con su entrega e inmolación, ese valor que el Perú necesita en las horas difíciles. Dentro de los combatientes de la Batalla de San Pablo, debemos consignar al Comandante César A. Bazo, quien como testigo presencial escribirá en 1905 una relación histórica de este hecho de armas y que constituye una obra base en toda investigación que trate sobre esta victoria.

FUENTE:
JULIO SARMIENTO GUTIERREZ. “La Batalla de San Pablo”. Edic. ASODEL.2002.pp.31-33

sábado, 13 de septiembre de 2008

LA BATALLA DE SAN PABLO

CAJAMARCA Y SAN RAMON EN LA GUERRA DEL `79

LA BATALLA DE SAN PABLO

1. EN LA MAÑANA DEL 13 DE JULIO…

El Jefe de Estado Mayor ordenó al Coronel Justiniano Borgoño, que dispusiera el avance y ataque al ejército chileno. En la madrugada de 13 de julio de 1882 las tropas peruanas, dejando "La Capellanía", se dirigieron a San Pablo. Los invasores conociendo el movimiento de nuestras tropas se habían adelantado, posesionándose de los lugares denominados "El Panteón" y "Batan", puntos elevados y estratégicos y que los colocaba en situación de ventaja frente a los nuestros
Avanzaba a la vanguardia de nuestros efectivos la "Columna de Honor", cuando en el momento más inesperado, los chilenos abrieron fuego y atacaron a mansalva a este grupo de valientes. Esta columna fue prácticamente diezmada, muriendo en la acción el Coronel Eudocio Ravines, su ayudante Teniente Gregorio Pita, José Manuel y Quiroz, Enrique Villanueva, Manuel Villavicencio, Romualdo Silva, César Pizarrello, Juan Quiroz, Eugenio, Novieno, José Cabello y otros, totalizando 35 combatientes.



Eran las 6.30 de la mañana en que se inició esta batalla, en la que los peruanos lucharon con denuedo, heroísmo y arrojo. En un primer momento se consiguió dominar al enemigo, pero frente a la superioridad numérica, armamento y posiciones estratégicas, ganaron nuevamente terreno. Se tuvo entonces que ordenar el repliegue, hacia el lugar denominado “'La Laguna", después de hora y de heroica resistencia. Los chilenos no permitieron una retirada ordenada y remataron con su caballería, cometiendo una serie de excesos con los heridos, produciéndose esa hórrida escena, llamada "el repase". Se mutilaban a los heridos de la forma más execrable. Sir Clements Markham, al referirse a estos actos, expresa que "estaban en absoluta pugna con los usos bélicos de las naciones civilizadas". Contrastaban, pues, sus acciones con la caballerosidad de Grau al rescatar los náufragos chilenos de la "Esmeralda" y la de los vencedores de "San Pablo", con los derrotados araucanos. Carvallo Orrego, refiere en su memoria que al llegar a Cajamarca (8 de agosto de 1882), encontró en el hospital "al Mayor Salgado y 11 heridos del combate de San Pablo". Para nosotros no existirá nunca ese baldón de asesinar heridos y prisioneros de guerra.

2. LA VICTORIA

Cuando los chilenos se encontraban ultimando a los heridos y prisioneros peruanos, la Segunda División comandada por el Coronel Callirgos Quiroga, después de una travesía muy accidentada, que los retrasó, llegó a las alturas del cerro "El Cardón". El primer Tiro de cañón fue muy efectivo y causó estragos en el ejército chileno. Inmediatamente actuando con celeridad y simpar arrojo, descendieron la Columna "Naval", el Escuadrón "Vengadores de Cajamarca" y el Batallón "Trujillo Nº 1", causando desconcierto en el enemigo. El empuje de nuestras fuerzas fue tal que el enemigo se replegó, desocupando San Pablo y batiéndose en retirada en forma desordenada, dejando en el campo de batalla, armas, parque, ambulancia y caballos. Tomaron el camino de San Luis y Chilete en su fuga desesperada hacia Pacasmayo. Habían sido derrotados. Habían mordido el polvo de la derrota.
Eran las 10 y 30 de la mañana y esta batalla llegó a su cenital culminación. Una hora más tarde, se izaba nuestro Pabellón Nacional en la Plaza de San Pablo.

3. "LOS HEROES NACEN CUANDO MUEREN".

Cuando se pasó revista a la tropa 251 combatientes no la contestaron. En el campo de batalla con sus cuerpos cercenados, víctimas de la alevosía del araucano, se encontraban el Coronel Eudocio Ravines, el Teniente Gregorio Pita envuelto en el Pabellón Nacional, Tnte. José Manuel Quiroz, Sub-Teniente Enrique Villanueva.
La Historia reconoce en estos sanramoninos caídos heroicamente, no sólo el valor del gesto ejemplar, sino el acerto de las frases del juramento que hicieran en los viejos claustros de la Recoleta.
El Teniente Néstor Batanero Infantas, quien al frente de 7 soldados supo contener a un pelotón de chilenos, su cuerpo estaba de de pie apoyado en su rifle. Estaba muerto, pero aún así con su posición enhiesta desafiaba al adversario.
En el momento del recojo de los cadáveres se encontraban yacentes ex alumnos, profesores y ciudadanos cajamarquinos:

Teniente: Manuel Villavicencio: Ex alumno y maestro sanramonino.
Teniente: Romualdo Silva: Ex alumno.
Teniente Manuel Palacios: Ex alumno. 25 años de edad.
Teniente José Manuel Resurrección Novoa. 26 años.
Teniente José Cabellos. 24 años.
Teniente Francisco Murga. 21 años.
Teniente José Gaspar Quiroz. 20 años.
Sub, Tnte. Lorenzo Valera. 25 años.
Sub Tnte. Ruperto Cabanillas, 25 años.
Sub. Tnte. José M. Portal. 25 años.
Sub. Tnte. Manuel María Zafra. 24 años.
Sub Tnte. Manuel Ramírez. 23 años,
Sub Tnte. José de la Cruz Cépeda. 24 años.
Teniente Coronel Julián Cruzado.
Capitanes: César Pizarello, Juan Quiroz, Eugenio Movieno, Manuel Bahamonde Naveda, Pedro Vargas, Fernando Cáceres.
Tenientes:Clemente Ravines, Tomás Pizarro, Ubaldo Sánchez, José A. Rodríguez, Manuel Pizarro, Alberto Gómez, Arístides del Carpio, José Manuel Montero, Sub – Tenientes Toribio Posadas, Eloy Hernández, Juan Miguel Soriano, José Briones, Felipe Matute, Manuel Arroyo, Vicente Linares, José Zafra, Juan Pío Marreros, Luis Sánchez, Manuel Deza y otros héroes, los que deben constituir para la juventud presente un permanente ejemplo, porque como expresa Payot:
¨Hay en efecto muertos que están a la vez más vivos y más capaces para transmitir la vida que los mismos vivos¨

FUENTE:
JULIO SARMIENTO GUTIERREZ. ¨LA BATALLA DE SAN PABLO¨ EDIC. ASODEL. PERU.2002. pp.37-40

LA BENDICION ANTE EL PATRIOTISMO

CAJAMARCA Y SAN RAMON EN LA GUERRA DEL 79



LA BENDICION ANTE EL PATRIOTISMO
Horacio H. Urteaga.

“Me parece ayer y sin embargo era muy niño, cuando pasó la escena triste y conmovedora que lacera mi corazón”
Tomábamos el café, el café de las 3 de la tarde en el salón de mi casa; mi madre triste y sombria, enflaquecida por el dolor y vestida de luto se hallaba allí, mis hermanos y yo, conversábamos en un extremo, saboreando nuestro frugal lunch, cuando de pronto se oyó ruido de pasos y sonido de espadas. En la puerta del salón acababan de aparecer tres jóvenes oficiales, mejor dicho tres niños vestidos de militar. Llevaban ropa blanca de jerga con vivos negros, un quepí forrado en tela blanca y sencillas espadas.
- ¿Hay café para nosotros? Exclamó uno de ellos penetrando el primero.
- ¡Adelante! Dijo mi madre, y los tres oficiales entraron.
- Enrique, Enrique (1), gritamos, yo y mis hermanos, lanzándonos sobre el más joven, y le rodeamos, yo colgándome de su espada y mis hermanas llenándole de besos. Era mi hermano, los otros dos sus íntimos amigos.
- ¿Pensáis todavía en marchar a campaña? Exclamó mi madre con voz triste.
- Si dijeron los tres.
- Pregúntale a Magno madre mía, dijo Enrique, el indescriptible entusiasmo reina en la ciudad, se han alistado todo los alumnos todos los alumnos de 3ro. y 4to. Año, muchos del 2do. que son de buena talla, del comercio han salido más de 50 y muchos mas jóvenes que yo.
¿Cómo quieres, madre mía, que yo también no me ofrezca de voluntario a luchar por mi patria? Séte razonable, madrecita mía; te voy a contar algo que te anime y fortalezca: Cuando las madres de los espartanos veían a sus hijos marchar a la guerra, les gritaban con gozo: - Ve, corre no vuelvas sino con el escudo o sobre él, es decir muerto o triunfante. Lucha por tu patria; el Eurotas no corre para los esclavos ni los cobardes.
- Esas mujeres no tenían corazón, exclamo la madre de mi amor, bañándose sus mejillas de lágrimas.
- No señora, dijo otro de los oficiales, lo tenían grande y generoso. Habían ido educadas en la moral mas austera y el amor a la patria lo sobreponía a todo otro afecto.
- Y sin embargo, la mejor moral aconseja amarnos los unos a los otros, ¡la guerra es tan monstruosa!, exclamo mi madre. Ustedes no saben, niños, lo que es dejar el hogar vacio; van gozosos al campo de batalla entre los toques de la diana y enardecidos por los himnos patrióticos, mientras nosotras, vuestras madres, que os seguimos con el espíritu os vemos hambrientos y cansados, bañados en sudores y en sangre, luchar o morir, solos y abandonados sin recibir socorro ni consuelo…
- Madre mía; pero es hermoso morir por la patria y bañarse en la sangre del enemigo común, y después, vivir en la inmortalidad. ¿No quieres la gloria para tu hijo?, dijo mi hermano.
- En esa ambición cabe mucho egoísmo, hijo de mi alma.
La respuesta era una objeción cruel y abrumadora. Esos niños pisaban en un abismo; la lógica del amor materno y el espíritu de la fraternidad los arrollaba. Así lo habían comprendido cuando variaron el ataque, exclamando los tres..
- Pero si no hay peligro, el enemigo ya ha contramarchado, vamos solo a intentar su persecución…
En ese momento una corneta tocaba en la esquina de casa, el clarín con sus lúgubres y prolongadas vibraciones, llamaba al cuartel.
¡Al cuartel, al cuartel, conectarse en el cuartel…al cuartel!
Esa era la interpretación que daban los oficiales al largo sonido del clarín; así lo habían aprendido en la academia.
- Nos llaman dijeron, y los tres oficiales se pusieron de pie.
Mi madre principio a sollozar. ¿Por qué temblábamos todos nosotros? No sé. Algo superior al pensamiento y a la preocupación nos embargó, el destino sombrío había señalado a esos tres niños el camino de la gloria. Se levantaban a dar la eterna despedida.
- ¿Marchan? Dijo mi madre.
- Si, madre mía, dijo Enrique, marchamos. Dame tu bendición, y en nombre de la madre de mis amigos dáselas a ellos, y adelantándose se postró de rodillas a sus pies.
Los otros cayeron también de rodillas.
- Hace poco, dijo mi madre, ahogando sus sollozos, me decíais que es hermoso morir por la patria, verdad que es hermoso, como es triste y sombrío. ¡Adiós, hijos míos! Dios y la Virgen Santísima os amparen. ¡Adios…! y levantando la mano los bendijo.
Cuando mis hermanas y yo, llorando, socorríamos a mi madre que desfallecía, los jóvenes soldados corrían ya lejos, la corneta continuaba su lúgubre llamada: ¡Al cuartel!, al cuartel, concentrarse en el cuartel…al…cuartel…!
Pasado cuatro días de esta escena, vestíamos de luto, llorábamos en silencio y veíamos a mi madre encanecer.
La patria nos debía un héroe; murió en San Pablo.

(Revista “VARIEDADES” setiembre 1908)


(1) El Sub teniente Enrique Villanueva murió en la Batalla de San Pablo integrando la “Columna de Honor”. Junto a Pita y Quiroz son los Tres colegiales del Juramento.

FUENTE:
JULIO SARMIENTO GUTIERREZ. ¨LA BATALLA DE SAN PABLO¨. Edic. ASODEL. Perú. 2002. pp. 76-78

domingo, 7 de septiembre de 2008

EL DR.JOSE BERAUN BARRANTES, RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE HUANUCO INCORPORA COMO DOCENTE HONORARIO A PRESIDENTE DEL CONGRESO, JAVIER VELASQUEZ QUESQUEN

UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO INCORPORA COMO PROFESOR HONORARIO AL DOCTOR JAVIER VELÁQUEZ QUESQUÉN PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA



El Doctor José Antonio Beraún Barrantes Rector de la Universidad de Huánuco incorpora al Doctor Javier Velásquez Quesquén Presidente del Congreso de la República, como Profesor Honorario de dicho Centro Superior de Estudios.El Presidente del Congreso de la República visitó la ciudad de Huánuco hoy Sábado 06 de Setiembre, en dicha localidad tuvo una reunión de trabajo con el Presidente Regional Doctor Jorge Espinoza y los Alcaldes Provinciales de la Región Huánuco.La Universidad de Huánuco es hoy la mas importante Universidad Privada de la Región cuenta ahora con una Ciudad Universitaria que alberga alrededor de 6,000 alumnos y se imparten 13 carreras universitarias además de maestrías y doctorados del mas alto nivel académico.



CIUDAD UNIVERSITARIA DE LA UNIVERSIDAD DE HUANUCO